Luz de tierra


Invierno. Una canción de siega con la voz ronca, quebrada -¿Ángela lo presentó?, no me acuerdo-. Tengo veinte años. Frío, pero no me acuerdo si llovía. Las pasadas navidades mi tía me regaló Luz de tierra, lo escucho mientras estudio por la mañana: por aquel entonces yo cursaba el nocturno, por tanto para asistir a las lecturas del Aula Díez Canedo tenía que hacerlo por la mañana –llévate la bufanda, que hace frío // vale mamá, decía cansado, seguro-. A vueltas con la canción de siega, el compás marcado con la punta del pie, la voz rota de cantar, de no se sabe cuántos cigarros -el tabaco tendrá algo que ver, quizá- y una gripe con fiebre, decía Enrique García Fuentes. No me acuerdo bien de la lectura, de si Pablo Guerrero leyó sus poemas o por el contrario fue algún chavalín quien lo hizo. Me acuerdo de todo mientras paseo por Lisboa de Alcântara hacia Belém; viaje de ida y vuelta escuchando Luz de tierra y a Nieves Concostrina. Dos horas y media de paseo me dan tiempo a recordar un sin fin de cosas, momentos, alegrías. Mientras no sé donde arraigo, pero sé bien que lo hago.

Continuar leyendo «Luz de tierra»