Cantos:&:Ucronías, Miguel Ángel Muñoz Sanjuán

Juro que hoy iba a compartir un poema de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán (Madrid, 1961) pero me ha sido imposible elegir de su libro Cantos:&:Ucronías (Calambur, 2013) -prometo elegir y compartir uno próximamente, pero me va a costar la vida decantarme-. Tras el encuentro fugaz en Expoesía (merci, Cumbreño) el año pasado tuve que tirar de librerías de viejo para hacerme con Cartas consulares (Calambur, 2007) y con rabia, no me escondo, acabo de revisar en mi biblioteca y constato que no está en mi biblioteca, presente. Quiero pensar que debe estar en manos de Pablo Varona o Marc Mellado. Si no, yo ya no sé.

Lo que sí sé es que la lectura de Cantos:&:Ucronías ha sido una verdadera revelación. Un libro brutal y donde uno se sale de la tangente que rastrillan las lecturas previas. Hay una poesía singular, un juego de formas donde cada poema se enriquece con una proyección superior si cabe al anterior. No es un autor prolífico peor sí hay un aspecto donde se rastrilla el lenguaje hacia visos ausentes, situaciones de diálogo individual hacia los limites invisibles que se dirigen hacia una poesía responsable y al margen de centralidades, repleta de dobles lecturas: un buen poema merece más de una lectura… y aquí la lectura de cada poema se ofrece como un abanico abierto, de gabela a gabela. La geografía, el entorno natural, parece que es el espacio donde se ofrece el poema hacia aberturas, grutas, esquejes, silencios… un libro que tiene en su seno la mágica convicción de los espacios abiertos, aumento de ausencias // desequilibrio positivo hacia la conciencia e imágenes que dudan de los ritos convencionales de la poesía.

Posiblemente la obra de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán sea una de las propuestas más originales, cuidadas e interesantes de la poesía estatal en los últimos tiempos, en los límites de las fronteras invisibles de la poesía y un paso adelante de otras poéticas coetáneas, en una tendencia de crecimiento donde uno, desatado, crea desarrollando un elogio sincero a la escritura y al lector cómplice del tesoro que supone no leer un libro suave, sino cóncavo, arcilloso y exigente.

Nota I: agradecimiento sincero al hijo del militante del Sindicato de las Manos Blancas por considerar involuntariamente el reencuentro en Madrid.

Foto: Vallejo& Co.

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