A Tapadinha

Los aspersores han funcionado antes del partido y en el descanso, pero a cada bote de pelota se levanta el albero sobre las rodillas de los jugadores. El portero del Atlético juega con los pies, cual Ter Stegen, poniendo de los nervios a la parroquia local. Me pregunto cuántos jugadores del Sporting (B) promocionarán al primer equipo próximamente. Bifana y cerveza dos euros y medio: el hogar tiene precio. Por momentos parece que los Airbus de Esayjet van a rematar los centros de los alcantarenses. Una chica, recogepelotas, vive con calma el partido y rompe de su ensimismamiento solo cuando el capitán le solicita, intenso, la pelota para seguir jugando. Me encanta João Varudo; entra en la segunda parte pero revoluciona desde los costados el ansia de marcar del equipo.

Me paso la bufanda por el cuello. En tribuna hace fresco, veintiséis de agosto.

Se oye francés, los inmigrantes este sábado deciden despedirse viendo al equipo de su barrio. De su freguesía. Un equipo de tercera. Mentira.

Foto: mural enganchado con cola cerca del estadio. Imagen propia.

Deja un comentario